martes, 19 de abril de 2016

jueves, 14 de abril de 2016

Restos
de una fiesta de un intento de un olvido de un amante de una tormenta de una sombra de un universo de una cama de un beso de un todo

Restos de la nada.

Estoy bien.
Me quiero viva pero hablo de ciudades nuevas que no conocen el amor.
Florecen piedras en mi boca.
Me rompo los dientes.
Mastico tu nombre.

Mi cuerpo que no es cuerpo pide calma.
pero he llovido tanto que ya no conozco ni calma ni infinitos.

He llovido tanto por tanto por tan poco.

Pienso en tu fatalidad
pero yo soy nefasta.
Buscando en los restos
la misma puta piedra de siempre.

lunes, 11 de abril de 2016




Me gustaría poner flores sobre tu cuerpo.
Flores blancas en tu boca.
Flores lilas en tus ojos.
Enterrad los latidos que han dejado de querer.


Callado y ciego
te confieso que vivo enamorada de un golpe.
El suelo me espera
Me vuelves polvo.


Tengo cinco lunas en el pecho
y una cruz en tu nombre.
No hay casa.
No hay carretera.

No había nada
y lo hemos perdido todo.


Me quiso y le quise.
No es ansiedad.
Es pánico.


Buscábamos aire
pero había polvo,
en la cama,
en las manos frías
en la voz.

Buscábamos aire.


Me gustaría poner flores sobre tu cuerpo,
y el último aliento de tu nombre
en la piedra con la que tropiezas.




L. Peiró






viernes, 8 de abril de 2016




CEL

Cap del no és com el meu cel,
ni cap mar no conté tants blaus
com la meva mar. Cap terra
no té els ocres tan grocs
com la meva terra, ni tan verds
els verds del pinar, però podria
viure en un país pedregós d'arideses
estèrils, podria pregar la gota
a l'ombra eixuta del nigul,
podria fer solcs amb les ungles
i sembrar-hi llavors que mai no brosten
ni fruiten, podria asseure'm en una pedra
sota el sol encès tot esperant, pacient,
la clemència d'un tronc o l'efímera
ombra del voltor que aguaita despulles,
podria nedar en el miratge de les dunes,
menjar escorpins vius i pair el veró
o beure'm els regalims de la suor.
No podria, però, viure sense tu,
car només on tu ets el cel és cel.


***

Ningún cielo es como mi cielo,
ni ningún mar tiene tantos azules
como el mio. Ninguna tierra
tiene los ocres tan amarillos
como los de la mía, ni tan verdes
los verdes del pinar. Pero podría
vivir en un país pedregoso de aridezas
estériles, podría rogar la gota
a la sombra enjuta de la nube,
podría hacer surcos con las uñas
y plantar semillas que nunca germinarán
ni darán fruto, podría sentarme en una piedra
bajo el sol encendido esperando, paciente,
la clemencia de un tronco o la efímera
sombra del buitre que acecha restos,
podría nadar en el espejismo de las dunas,
comer escorpiones y tragar el veneno
o beber los regueros de sudor.
No podría, sin embargo, vivir sin ti,
porque sólo donde tú estás, el cielo es cielo.




Poema Lluís Maicas
Traducción Lara Peiró

jueves, 7 de abril de 2016



Han hablado demasiado de tantas cosas. Han hablado, por ejemplo, de universos infinitos, donde pasar las horas muertas del insomnio que es quererte. Dirán que estuvieron allí, que nos conocieron y nos abrigaron del frío, que fueron la espina en nuestro tallo. Dirán que nos conocieron mientras cruzan los dedos en un impulso infantil.

Tu cuerpo y el mío se proyectan y nuestra piel es un espejo roto.

Han hablado de una cueva donde hay miles de estrellas que no se pueden tocar. Nosotros estuvimos allí cuando te quise celeste y me pinche con todos tus vértices para tenerte bajo la piel. Eras dura, pura y adictiva. El vicio que estaba buscando.

Tu cuerpo y el mío se proyectan y nuestra piel es un espejo roto.

Han hablado de paraísos inventados, de arena, de sal. Hemos vuelto. Los ciegos volvieron a mirar. La sal seguía en nuestro cuerpo, la arena del reloj en el bolsillo. Hablaban de un mar donde naufragar. Pero nosotros ya nos habíamos ahogado. En tu boca, mi lengua, como pez en el agua.

Tu cuerpo y el mío se proyectan y nuestra piel es un espejo roto.

Han hablado demasiado de tantas cosas. Nosotros callados, vestidos de silencios, recuperamos el tiempo de todos los besos que no nos curaron, se reinventan. Nosotros callados, el dedo en la yaga del cuerpo donde el espejo no proyecta el infinito, donde existimos y nos falta insomnio para querernos, donde si te quiero encontrar, sólo he de mirar debajo de mi piel. Allí, donde curas beso a beso, cada parte de mi cuerpo.

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