viernes, 11 de diciembre de 2015

El tiempo es un animal lento,
un perezoso colgado a mi espalda.

Me clava sus garras y la herida duele y arde.

Pero es un ardor agradable, 

confieso que es un dolor que amo y ansío.

La espera de verte 

de volver a verte

a recordarte 

a ti, a tu voz...



Verte y ver que ha cambiado todo,

que cada día no vivido ha sido imaginado

y ha existido

y joder ha vivido,

de una manera que nadie entiende.

Vida de aeropuertos, de tardes hablando

a la pantalla de un ordenador.

(hoy sólo media hora pero skype dice que llevamos dos).



Puto tiempo mentiroso:

sí que sabes correr cuando te interesa.

Te imagino,
nos imagino

en ciudades donde no hemos estado,

en momentos que no hemos vivido,

en esos días,

días no vividos.




Recuerdas aquella tarde cuando nos perdimos por las Ramblas?

No, por supuesto que no.

Anoche volvía a vivir con ojos cerrados,

anoche cuando llamé al insomnio por tu nombre.

Confundo el ser y no ser


Tiempo

días eternos

duele

duelen

dueles


Me gusta el dolor de esta espera, de abrazarte y notar en tu espalda la misma herida que llevo en la mía.

Me gusta la herida de la espera, nuestra herida de querer volver a vernos.




L. Peiró

lunes, 7 de diciembre de 2015

martes, 1 de diciembre de 2015



Oigo a los que fueron
como una canción antigua
en voces que ya no son voces
que ni siquiera son ecos.
Labios, idiomas de silencios
de los que fueron y ya no son.

Recuerdo que no entendia nada
y hoy, jóven para la sociedad inmadura,
entiendo de golpe que en la rama donde 
ayer cantaba el pájaro puede que no cante mañana.

L.Peiró

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