martes, 27 de marzo de 2018



Hoy ha vuelto el frío.

La exhalación de un pájaro
que no sale del nido.
Soplan todos los vientos
mientras hago incendios
de huesos rotos
y la chispa de mi sangre
lo inunda todo.

He despeinado mis cabellos.
Me he roto de nuevo
como si alguna vez
hubiera dejado de 
ser un juguete roto.

Me he vuelto loca.
Más loca aún.
Mírame
y admira la locura
que baila en mi vientre.
Mírame
bailar con el viento.
Mírame
poniendo nombre al dolor.

Hoy ha vuelto el frío.

domingo, 25 de marzo de 2018


Andrea Abreu López nació en 1995 (Santa Cruz de Tenerife). Vive en Madrid, donde cursa un Máster en Periodismo Cultural y Nuevas Tendencias en la Universidad Rey Juan Carlos. Es periodista y fanzinera, escribe poesía y hace collages. Escribe para Liberoamérica y es coordinadora de la revista en Madrid. Sus textos han sido incluidos en varias revistas digitales y en papel. También en antologías como "Macaronesia" de La Galla Ciencia, "Los muchachos ebrios, antología de poesía jovencísima transoceánica" de La Tribu, "Muestra de poesía canaria" en Círculo de Poesía o "Perdone que no me calle. 62 autoras canarias denuncian la violencia contra las mujeres". Es autora del fanzine "Primavera que sangra" (2017) y del libro, recientemente publicado, "Mujer sin párpados" (Versátiles Editorial, 2017).


1) Para aquellas personas que todavía no te conozcan, ¿quién es Andrea?

Uy, qué difícil. Si tuviese que decir una cosa ahora, sin pensarlo demasiado, diría que Andrea es un gato. Si me paro a pensar un poco más, diría que Andrea es una chica de un pequeño pueblo de Tenerife que solo busca leer y escribir.

2) Háblanos un poco de tu último libro “Mujer sin párpados”. ¿Qué papel tiene la mujer en tu poesía? ¿Cómo nace este libro?

Pienso que el sujeto de toda mi poesía es la mujer. En Mujer sin párpados hay tres mujeres que yo puedo identificar con claridad: mi yo poético (o yoes poéticos, más bien), que, sin duda, en ese momento se identifica con la construcción “mujer”, mi madre, que es la mujer-árbol y mi abuela paterna, que es la mujer-piedra.

Es curioso: en estos días he estado pensando que muy poca gente sabe lo que significa ese libro para mí. Siempre digo que el título y el significado del libro es el insomnio, la incapacidad de cerrar los ojos, de dejar de ver todo lo negro y oscuro. Cuando digo eso parece que no estoy diciendo nada. He descubierto que la gente lo percibe como algo abstracto, que no ven en mis poemas un miedo real, sino divagaciones poéticas. Yo, en ese libro, divago más bien poco. Lo escribí porque tengo un trauma desde la infancia: el miedo a dormir. Lo he ido superando con los años, pero a veces me vuelve y me golpea muy fuerte. Yo escribí Mujer sin párpados porque no sabía dormir.

3) ¿Qué es para ti el feminismo?

Primero que nada, y en respuesta a un artículo que escribió hace poco Vargas Llosa (a pesar de que no me apatece traer “señoros” hasta este lugar), para mí, el feminismo es una de las mejores cosas que le ha pasado a la literatura. También una de las mejores cosas que me ha pasado a mí. Cuando era más pequeña, se me pasaba por la cabeza, con asiduidad, que los chicos eran, por naturaleza, más inteligentes y más capaces que yo. Si pienso en esa adolescente insegura, ahora podría decir que el feminismo es la forma de desnaturalizar la injusticia.

4) ¿Piensas que en la poesía hay igualdad entre hombres y mujeres en la actualidad?

Pienso que hoy hay muchas mujeres que publican libros de poesía. A veces tengo la sensación de que son más mujeres que hombres. Sin embargo, a medida que la poesía se aproxima a las esferas de poder y de reconocimiento, me doy cuenta de que las cosas no van tan bien como parece. Un ejemplo son los premios. Yo siempre había sospechado que la dinámica era desfavorecedora para las mujeres, pero hace poco, la Asociación Genialogías de mujeres poetas y editoras, sacó un estudio que me lo dejó muy claro. La investigación, Descubrir lo que se sabe (Estudio de género en 48 premios de poesía), demostraba que  el 82%  de los premios de instituciones públicas españolas analizados (los más importantes), habían sido otorgados a hombres, desde 1923 hasta 2016.

5) ¿Qué opinas de la necesidad de iniciativas como #unañodeautoras?

Pienso que son iniciativas muy necesarias. Desde hace años leo a más mujeres que a hombres. Y ya no solo a más mujeres que a hombres, sino a más personas que no son la pauta de lo neutro y lo universal: el hombre blanco heterosexual de clase de media. Ya no me siento bien con esas historias, porque, a pesar de que yo sé que una no puede andar buscando sentirse identificada con todos los personajes de los libros que lee, sí que soy consciente de que deseo encontrar historias que me hablen de realidades que me son próximas. Que me hablen de, por ejemplo, las relaciones madre-hija, un tema que las corrientes hegémonicas de la literatura han dejado apartado y que ahora se está abordando. O de las relaciones sexoafectivas entre mujeres o de lo queer, no sé.

Justo ahora estoy leyendo un libro de relatos que se llama Madres e hijas. En el prólogo, Laura Freixas, que es la compiladora, da razones por las que hacer antologías solo de autoras, como esta, y explica muy bien lo que pretendo decir: “[…] Por eso, en vez de releer eternamente a los clásicos, leemos también, quizá inferiores literariamente, las obras de nuestros contemporáneos, de nuestros compatriotas o escritas por alguien de nuestro mismo sexo: porque deseamos ver representadas e interpretadas circunstancias que compartimos con ellos. Por eso nos parece importante que exista una literatura judía o una literatura homosexual, por mucho que ni Kafka ni Proust puedan definirse exclusivamente en función de esas características”.

Digamos que, para mí, #unañodeautoras es una propuesta necesaria porque, a pesar de todo lo que hemos avanzado, sigo fijándome en lo que lee la gente en la calle y en las cafeterías y no veo libros de mujeres. Y sigo entrando en librerías de segunda mano, que son, para mí, la representación de lo que la gente que lee, y sigo teniendo que rebuscar para encontrar libros de mujeres. Y no digo ya de mujeres negras…, por ejemplo. Y sigo preguntando a gente a la que le gusta leer, sobre todo a hombres a los que les gusta, les encanta leer, y no han leído a ninguna mujer. Hombres que, a lo sumo, han leído a una o dos mujeres. Muchos de ellos lo usan constantemente, como si nos estuviesen haciendo un favor. Pienso que a muchos tienen demasiadas lecturas pendientes.

6) Tu trabajo como creadora de fanzines es admirable. Alguna que otra vez he releído “Primavera que sangra” ¿Por qué en formato fanzine? ¿Dónde nace la inspiración para crear este tipo de obra?

Me encantan los fanzines y los collages. Cada vez que tengo tiempo me pongo a recortar y a crear cositas. En estos meses no lo he hecho tanto pero me gustaría seguir en ello. Primavera que sangra es un fanzine que yo necesitaba hacer porque había un asunto en mi vida, muy importante, que nunca antes tuve la oportunidad de expresar o exteriorizar: el dolor menstrual, la mala relación que he tenido (y tengo) con mi menstruación. Nunca me dieron un diagnóstico firme, pero se supone que padezco endometriosis, que es una enfermedad que provoca el crecimiento de células endometriales en otras partes del cuerpo y por la que se sufre mucho. Elegí el fanzine porque no quería que nadie me dijese cómo debo hablar de mi sangre y de mi sufrimiento físico y moral. Ese formato te otorga la libertad de dibujar, de escribir, de recortar y pegar… de escupir sobre el papel si te apetece. Yo quería decir “estoy harta de esto y estoy harta de que un haya espacio para mi dolor y mi sangre en el espacio público”. Me alegra haberlo hecho. Muchas chicas me han escrito para agradecerme que hablase de la menstruación. Cuando te hablan para agradecerte que hayas escrito algo, te das cuenta de que no es tan común que se haga y que sigue siendo necesario decirlo y decirlo.

7) ¿Qué opinas de la educación literaria española en lo que al papel de la mujer escritora se refiere?

Opino que hay muchas personas individuales que hacen esfuerzos dentro de sus pequeñas esferas de influencia, pero que aún no es suficiente. La literatura universal es la literatura de los señores blancos de siempre y en los libros y apuntes todo se reviste de un halo de universalidad. Queda mucho trabajo aún y allí seguiremos, gritando en la calle y donde haga falta.

 8) ¿Qué poeta contemporánea nos recomendarías?

Si no la conociera, la recomendaría igual: Aida González Rossi. Me cuesta encontrar a una persona con un estilo tan singular.

9) Y para acabar, ¿Crees que la poesía de hoy tiene voz de mujer?

Creo que la poesía de hoy tiene voz de mujer, de bollera, de bi, de marica, de queer, de negra, de puta, de marginal, de adolescente, de anoréxica, de gorda... La poesía de hoy tiene muchas voces, ya no vale una única voz. La historia ya no es solo de los mismos de siempre.

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