Andrea Abreu López nació en 1995 (Santa Cruz de
Tenerife). Vive en Madrid, donde cursa un Máster en Periodismo Cultural y
Nuevas Tendencias en la Universidad Rey Juan Carlos. Es periodista y fanzinera,
escribe poesía y hace collages. Escribe para Liberoamérica y es coordinadora de
la revista en Madrid. Sus textos han sido incluidos en varias revistas
digitales y en papel. También en antologías como "Macaronesia"
de La Galla Ciencia, "Los muchachos ebrios, antología de
poesía jovencísima transoceánica" de La Tribu, "Muestra de poesía canaria"
en Círculo de Poesía o "Perdone que no me calle. 62 autoras
canarias denuncian la violencia contra las mujeres". Es autora del fanzine
"Primavera que sangra" (2017) y del libro, recientemente publicado,
"Mujer sin párpados" (Versátiles Editorial, 2017).
1) Para aquellas personas que todavía
no te conozcan, ¿quién es Andrea?
Uy, qué difícil. Si tuviese que decir
una cosa ahora, sin pensarlo demasiado, diría que Andrea es un gato. Si me paro
a pensar un poco más, diría que Andrea es una chica de un pequeño pueblo de
Tenerife que solo busca leer y escribir.
2) Háblanos un poco de tu último
libro “Mujer sin párpados”. ¿Qué papel tiene la mujer en tu poesía? ¿Cómo nace
este libro?
Pienso que el sujeto de toda mi poesía
es la mujer. En Mujer sin párpados hay tres mujeres que yo puedo identificar
con claridad: mi yo poético (o yoes poéticos, más bien), que, sin duda, en ese
momento se identifica con la construcción “mujer”, mi madre, que es la mujer-árbol
y mi abuela paterna, que es la mujer-piedra.
Es curioso: en estos días he estado
pensando que muy poca gente sabe lo que significa ese libro para mí. Siempre
digo que el título y el significado del libro es el insomnio, la incapacidad de
cerrar los ojos, de dejar de ver todo lo negro y oscuro. Cuando digo eso parece
que no estoy diciendo nada. He descubierto que la gente lo percibe como algo
abstracto, que no ven en mis poemas un miedo real, sino divagaciones poéticas.
Yo, en ese libro, divago más bien poco. Lo escribí porque tengo un trauma desde
la infancia: el miedo a dormir. Lo he ido superando con los años, pero a veces
me vuelve y me golpea muy fuerte. Yo escribí Mujer sin párpados porque no sabía
dormir.
3) ¿Qué es para ti el feminismo?
Primero que nada, y en respuesta a un
artículo que escribió hace poco Vargas Llosa (a pesar de que no me apatece
traer “señoros” hasta este lugar), para mí, el feminismo es una de las mejores
cosas que le ha pasado a la literatura. También una de las mejores cosas que me
ha pasado a mí. Cuando era más pequeña, se me pasaba por la cabeza, con
asiduidad, que los chicos eran, por naturaleza, más inteligentes y más capaces
que yo. Si pienso en esa adolescente insegura, ahora podría decir que el
feminismo es la forma de desnaturalizar la injusticia.
4) ¿Piensas que en la poesía hay
igualdad entre hombres y mujeres en la actualidad?
Pienso que hoy hay muchas mujeres que publican
libros de poesía. A veces tengo la sensación de que son más mujeres que
hombres. Sin embargo, a medida que la poesía se aproxima a las esferas de poder
y de reconocimiento, me doy cuenta de que las cosas no van tan bien como
parece. Un ejemplo son los premios. Yo siempre había sospechado que la dinámica
era desfavorecedora para las mujeres, pero hace poco, la Asociación Genialogías
de mujeres poetas y editoras, sacó un estudio que me lo dejó muy claro. La
investigación, Descubrir lo que se sabe
(Estudio de género en 48 premios de poesía), demostraba que el 82%
de los premios de instituciones públicas españolas analizados (los más
importantes), habían sido otorgados a hombres, desde 1923 hasta 2016.
5) ¿Qué opinas de la necesidad de
iniciativas como #unañodeautoras?
Pienso que son iniciativas muy
necesarias. Desde hace años leo a más mujeres que a hombres. Y ya no solo a más
mujeres que a hombres, sino a más personas que no son la pauta de lo neutro y lo
universal: el hombre blanco heterosexual de clase de media. Ya no me siento
bien con esas historias, porque, a pesar de que yo sé que una no puede andar
buscando sentirse identificada con todos los personajes de los libros que lee,
sí que soy consciente de que deseo encontrar historias que me hablen de realidades
que me son próximas. Que me hablen de, por ejemplo, las relaciones madre-hija,
un tema que las corrientes hegémonicas de la literatura han dejado apartado y
que ahora se está abordando. O de las relaciones sexoafectivas entre mujeres o
de lo queer, no sé.
Justo ahora estoy leyendo un libro de
relatos que se llama Madres e hijas. En el prólogo, Laura Freixas, que es la
compiladora, da razones por las que hacer antologías solo de autoras, como
esta, y explica muy bien lo que pretendo decir: “[…] Por eso, en vez de releer
eternamente a los clásicos, leemos también, quizá inferiores literariamente,
las obras de nuestros contemporáneos, de nuestros compatriotas o escritas por
alguien de nuestro mismo sexo: porque deseamos ver representadas e
interpretadas circunstancias que compartimos con ellos. Por eso nos parece
importante que exista una literatura judía o una literatura homosexual, por
mucho que ni Kafka ni Proust puedan definirse exclusivamente en función de esas
características”.
Digamos que, para mí, #unañodeautoras es
una propuesta necesaria porque, a pesar de todo lo que hemos avanzado, sigo
fijándome en lo que lee la gente en la calle y en las cafeterías y no veo
libros de mujeres. Y sigo entrando en librerías de segunda mano, que son, para
mí, la representación de lo que la gente que lee, y sigo teniendo que rebuscar
para encontrar libros de mujeres. Y no digo ya de mujeres negras…, por ejemplo.
Y sigo preguntando a gente a la que le gusta leer, sobre todo a hombres a los
que les gusta, les encanta leer, y no han leído a ninguna mujer. Hombres que, a
lo sumo, han leído a una o dos mujeres. Muchos de ellos lo usan constantemente,
como si nos estuviesen haciendo un favor. Pienso que a muchos tienen demasiadas
lecturas pendientes.
6) Tu trabajo como creadora de
fanzines es admirable. Alguna que otra vez he releído “Primavera que sangra” ¿Por
qué en formato fanzine? ¿Dónde nace la inspiración para crear este tipo de
obra?
Me encantan los fanzines y los collages.
Cada vez que tengo tiempo me pongo a recortar y a crear cositas. En estos meses
no lo he hecho tanto pero me gustaría seguir en ello. Primavera que sangra es
un fanzine que yo necesitaba hacer porque había un asunto en mi vida, muy
importante, que nunca antes tuve la oportunidad de expresar o exteriorizar: el
dolor menstrual, la mala relación que he tenido (y tengo) con mi menstruación. Nunca
me dieron un diagnóstico firme, pero se supone que padezco endometriosis, que
es una enfermedad que provoca el crecimiento de células endometriales en otras
partes del cuerpo y por la que se sufre mucho. Elegí el fanzine porque no
quería que nadie me dijese cómo debo hablar de mi sangre y de mi sufrimiento
físico y moral. Ese formato te otorga la libertad de dibujar, de escribir, de
recortar y pegar… de escupir sobre el papel si te apetece. Yo quería decir “estoy
harta de esto y estoy harta de que un haya espacio para mi dolor y mi sangre en
el espacio público”. Me alegra haberlo hecho. Muchas chicas me han escrito para
agradecerme que hablase de la menstruación. Cuando te hablan para agradecerte
que hayas escrito algo, te das cuenta de que no es tan común que se haga y que
sigue siendo necesario decirlo y decirlo.
7) ¿Qué opinas de la educación
literaria española en lo que al papel de la mujer escritora se refiere?
Opino que hay muchas personas
individuales que hacen esfuerzos dentro de sus pequeñas esferas de influencia,
pero que aún no es suficiente. La literatura universal es la literatura de los señores
blancos de siempre y en los libros y apuntes todo se reviste de un halo de
universalidad. Queda mucho trabajo aún y allí seguiremos, gritando en la calle
y donde haga falta.
8) ¿Qué poeta contemporánea nos recomendarías?
Si no la conociera, la recomendaría
igual: Aida González Rossi. Me cuesta encontrar a una persona con un estilo tan
singular.
9) Y para acabar, ¿Crees que la
poesía de hoy tiene voz de mujer?
Creo
que la poesía de hoy tiene voz de mujer, de bollera, de bi, de marica, de queer,
de negra, de puta, de marginal, de adolescente, de anoréxica, de gorda... La
poesía de hoy tiene muchas voces, ya no vale una única voz. La historia ya no
es solo de los mismos de siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario