domingo, 18 de junio de 2017

Sobrevivir





Escribo del dolor porque me hiciste poesía. 

Tú fuiste casa. Tú fuiste casa. 
Tú fuiste. 

¿Serás? 

Golpeaste con fuerza mi estómago. 
           Tan fuerte que todavía sigo sin respirar si alguien dice                 tu nombre



El cuerpo se vacía para seguir adelante. 



Si me ven llorar la culpa es de la cebolla y no de que me dé cuenta de que te olvido poco a poco, que tengo lagunas en las que nado sola y me ahogo porque no sé nadar. 


Entonces despierto y tengo miedo. Hay un ruiseñor en medio de la batalla y tiene mis alas, y tiene mi nombre. La batalla de seguir sin ti y sobrevivir, de un lado a otro, casi sin pulso. 

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