¿Quién eres tú?
¿Quién eres tú, que vienes sin ser llamado?
Abrazas los restos de mi cuerpo
roto en mil pedazos
que unes
recompones
juntas
grieta a grieta
punto a punto:
los gritos de las cicatrices me escuecen.
Y tú me curas
con la sangre de tu boca de morderte la lengua
siempre que mi nombre saltaba a su punta.
Porque tuviste miedo, tú que vienes sin ser llamado
a hacer de mi lo que nunca nadie supo hacer.